Internet me deprime


Hay multitud de páginas web (de la web 1.0) que hablan sobre la salud. O sobre parcelas de ésta. El recelo que los médicos de carne y hueso sentimos hacia este tipo de «sustitutos» del médico podría verse desde fuera como una actitud reaccionaria, como miedo a perder nuestro estatus o a nuestra posición de intermediador entre el sistema sanitario y el paciente.

Bueno… puede que algo de eso haya. Aunque reducirlo sólo a eso es una simplificación suprema. Todos sabemos que hay un exceso de información en la red (infoxicación, que dicen algunos), que no toda es veraz, que hay mucho vivo (6º acepción del término en la RAE) con interés por captar la atención de los que andan perdidos en la red o por los que quieren controlarla. Si la ventaja de Internet es que la información es abierta, disponible las 24 horas del día y desde casi cualquier punto del planeta, precisamente esa ventaja puede convertirse en un peligro. ¿Cómo?

Imaginaos una página de información a pacientes con depresión (bajón, en muchos países latinoamericanos). Olvidemos cosas tan poco decorosas como la ocultación de un manifiesto ánimo de lucro bajo la apariencia de una fundación sin ánimo de lucro como la que os hemos puesto como ejemplo. Centrémonos en lo que en sí es la página web y sus contenidos divulgativos: videos para guiar al autodiagnóstico (ver más adelante), talleres para aprendizaje, información sobre causas, consecuencias, formas de diagnóstico y alternativas de tratamiento, foro de pacientes, etc.

Puede que colaboren a informar, no lo dudo. Pero la correlación «más información más salud», alimentada por aquellos que controlan la comunicación en salud y que pretender hacernos ver sus potenciales efectos terapéuticos, no siempre es lineal y positiva. Más bien, a veces es negativa: más información = menos salud. Al menos en depresión parece ser así. ¿Las causas que se apuntan? Está claro: la rumiación, que no es más que verse el ombligo día y noche, sentir miedo al ver lo que uno tiene dentro y estar todo el día pendiente de sí mismo y de las señales que te envía el cuerpo.

Eso con la web 1.0. ¿Pasaría lo mismo con la web 2.0? ¿Tienen las redes sociales virtuales efecto terapéutico per se? A la web 2.0 se le ha otorgado gratuitamente dos vitolas de mucha enjundia: el generar conocimiento colectivo y el tener valor terapéutico. Ni uno ni lo otro lo han demostrado aún, es pura teoría. Hasta se han escrito tesis doctorales sobre ello. Parece ser, se apunta, preliminarmente se ha visto… incluso puede que haya evidencias sobre su utilidad… Parece que el elemento fundamental es la interacción entre personas. Pero no nos olvidemos que nada mejor que la interacción de verdad, la de carne y hueso. La que les falta a nuestras personas mayores, por ejemplo, que se terminan muriendo solas en casa porque nadie les echa en falta. Esos no saben lo que es la web, internet ni lo 2.0.


9 comentarios on “Internet me deprime”

  1. gerineldo dice:

    Tus últimas líneas lo dicen todo… A veces menos evidencia o invidencia, y más escuchar o estar al lado de nuestros pacientes.

  2. Fran dice:

    Muy interesante el post.

    Creo que internet es bueno para los autodidactas, para aprender sobre cualquier cosa; pero no para la salud. No entiendo demasiado de depresiones… pero hoy día la mayoría se atribuyen a simples y normales períodos en los que se siente tristeza. No creo que toda la tristeza sea una depresión… y viendo el vídeo ¿qué porcentaje de gente se siente feliz con su trabajo?…

    Un saludo.

  3. Fran dice:

    Bueno, la salud,… a ver, internet aún no dispone de la credibilidad que sólo dan fuentes fiables, y para eso están las web del ministerio o blogs de profesionales médicos; pero no me fiaría yo del primer resultado de google.

    • Enrique Gavilán dice:

      Fran.
      Ahí está el quid de la cuestión. La confiabilidad de los contenidos de internet (como de los libros, de los artículos de prensa, de las noticias de la tele, de las revistas científicas, etc.).
      Para evitar este problema probablemente los editores de páginas web y los adminsitradores de blogs tendrían que hacer un esfuerzo de rigurosidad y velar por la validez de la información, pero lo más interesante no es eso. Al otro lado debe haber lectores y comentaristas preparados, que aporten contrapuntos críticos, que tengan capacidad de filtro, y para eso primero hay que tener una población consciente de su papel activo en la generación de lo que se ha dado conocimiento colectivo. Pero si lo primero no siempre se da, imagina lo segundo.
      Y sobre lo que apuntabas del cuestionario: ¿quiénes en un contexto como el actual están felices en su trabajo? Los empresarios te recuerdas que debes estar feliz por conservar el empleo. Sus trabajadores quizá no piensen lo mismo cuando al finalizar su jornada de trabajo les digan que tienen que hacer más horas sin cobrarlas.
      Un abrazo, Fran.

      • Fran dice:

        He tardado un tiempo en responder, pero supongo que en internet si que vale más tarde que nunca.

        La confiabilidad de los contenidos los dan los resultados de los buscadores, es cierto que unas buenas técnicas SEO pueden ayudar mucho, pero todos coinciden en lo mismo, el primer paso es un contenido de calidad y, como resultado, que te enlacen desde otras webs.

        Si desarrollas temas basándote en argumentos veraces tienes mucho ganado. La opinión de los usuarios es muy importante, por supuesto, aunque creo que términos como «conocimiento colectivo»; por desgracia, quedan bastante lejos por ahora. Hay que saber sobre medicina para participar en ciertos debates o que los autores se expliquen extremadamente bien, quizá perjudicando a aquellos que sí tienen conocimientos anteriores.

        Es lo malo de la ciencia, que es de estructura jerárquica, no puedes comprender ciertas cosas sin comprender otras antes… Quizás este sea el camino, seguir varios blogs y contrastar la información; pero creo que es muy pronto todavía.

      • Enrique Gavilán dice:

        Fran,
        No sé si éste es el camino. Desde luego pretender cambiar el mundo desde un blog es algo iluso, pero está claro que las reglas del juego en la información relacionada con la salud han cambiado, y casi cualquier persona, para bien o para mal, puede jugar a este juego. Obviamente, la veracidad debe ser un grado, pero también hay que aprovechar la vía para proponer soluciones a los problemas que estén lejos de las consultas médicas y las oficinas de farmacia.
        Saludos

  4. Emilienko dice:

    Otoscopio = Herramienta complementaria al acto médico.
    Otólogo no es igual a médico especialista en hacer otoscopias.

    Web 2.0 = Herramienta complementaria al acto médico.
    Salud 2.0 no es igual a pasar la consulta por webcam.

    • Enrique Gavilán dice:

      Tu mejor que nadie lo sabe, Emilienko. Sólo son instrumentos que hay que saber utilizar, porque de lo contrario es un desastre.
      Gracias

  5. Pues lamentablemente la red (skynet ja, ja, ja) puede llegar a ser un pandemonium. Encontramos desde los sitios más positivos, hasta lo más obscuro, tétrico, violento, etc. Además no todo mundo está suficientemente alfabetizado en información para poder distinguir entre la información que le es útil, de la que es inadecuada.
    En fin, asuntos de actualidad, hay que tener cuidado con la infoxicación.


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