La mejor vacuna contra el cáncer


Joaquín Araujo:

Los bosques constituyen «una vacuna en sí misma para muchas enfermedades»

Descontaminan el aire y el agua de metales pesados, contribuyen a la renovación del oxígeno y constituyen una lucha contra el agujero de la capa de ozono. Además de proporcionar alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes naturales.

Cuidar el medioambiente podría ser pues mejor forma de evitar enfermedades que las propias vacunas, y de alguna manera evitar luctuosas cifras como éstas, pero se ve que «vende» más un titular como éste y todo lo que la noticia conlleva y promete:

Vacunas contra todas las enfermedades serán posibles gracias a Patarroyo


Sesgos ideológicos en los medios de comunicación


Que en la prensa española haya poca pluralidad y una falta preocupante de capacidad crítica, y que el tratamiento periodístico y la selección de los temas dependa del signo político del grupo empresarial que haya detrás es algo que todos tenemos tan asumido que casi nadie se extraña o subleva. Aun cuando es algo que merma en gran manera la calidad de nuestra democracia.

Estos claros sesgos ideológicos se dejan sentir también en las noticias que tienen que ver con la sanidad. Y más en un contexto de crisis económica como la actual, en el que el baile de cifras sobre la hiperutilización de los servicios y lo que ésto nos cuesta al bolsillo de los españoles es contínuo. Así, las pulsiones liberalizadoras parecen estar ganando el terreno, tanto a nivel político y en el mediático, de manera que el discurso que parece imponerse por doquier termina justificando los recortes sociales y de derechos fundamentales. El paréntesis al estado del bienestar.

El economista (que no cirujano) Vicenç Navarro, del que hemos hablado muchas veces aquí, denuncia esta tendencia en su último artículo de opinión. Y pone como ejemplo el llamado informe Vilardell, el cual ha copado la prensa general y especializada con titulares alejados de los contenidos y discurso subyacente al informe.

Vicenç argumenta que no es casual que se haya destacado en prensa supuestas recomendaciones como la del copago como forma de racionalizar la demanda, cuando las principales iban más encaminadas a aumentar el gasto en sanidad a partir de impuestos finalistas o corresponsabilizar a las mutuas laborales patronales en la financiación de la sanidad (pagando los gastos de los pacientes con enfermedades laborales).

Y añado yo. Tampoco es casual que la prensa se haga eco principalmente de informes de agencias de comunicación, consultoras, empresas farmacéuticas o tecnológicas y fundaciones, todas ellas instituciones privadas, cuyos denominadores comunes son potenciar la colaboración público-privada, instaurar fórmulas de riesgo compartido y de corresponsabilización de la administración en la investigación de fármacos o tecnologías sanitarias, y justificar pulsiones privatizadoras en el ámbito de la gestión de la sanidad. Curiosamente, enfrente de estos informes hay otros documentos elaborados por profesionales sanitarios de una tendencia más progresista que ahondan en su defensa de la sanidad pública, en la necesidad de una mayor financiación de la sanidad y en no olvidar que además de eficiencia y de sostenibilidad, las principales asignaturas pendientes siguen siendo asegurar la equidad y evitar las desigualdades sociosanitarias. Lógicamente, estas cosas ni dan dinero ni son noticia…


La confidencialidad y la telebasura, incompatibles


Como habitualmente no veo la tele no me doy cuenta de la cantidad de información-porquería que la inunda. Pero lo que el otro día vi de refilón en Antena 3 no tiene desperdicio.

Interrumpen «espontáneamente» el programa para «informarnos» de un hecho que «va a cambiar la historia de nuestro país (literalmente). El acontecimiento no es otro que… el ingreso en un hospital madrileño privado de la novia del hijo de un ex-torero, hijo que parece ser que se ha declarado recientemente homosexual (y digo yo, ¡qué porras más da la vida de esta persona!), y novia que es la hija, a su vez, de un empresario ricachón que al parecer ha muerto hace poco. Todos los detalles para el morbo más bajo y pordiosero estaban servidos.

La cosa no queda ahí. Lo más grave, a mi juicio, está por llegar. La periodista aporta detalles insulsos de la vida privada y, atentos, datos del historial clínico de la paciente ingresada, como la fecha de ingreso, el motivo, las pruebas realizadas… Independientemente de quién filtrara esos detalles, independientemente del interés de la noticia, ¿dónde está el derecho a la intimidad de esta persona? ¿Dónde ha quedado la dignidad del periodismo con basuras como ésta? ¿Es ésto deber de información o manoseo de la vida privada y confidencial de los demás? ¿No hay límites a la información?

Una forma más de medicalizar la vida cotidiana es airear las miserias humanas del vivir y del enfermar como si fueran objetos de consumo de masas. La forma más vil e inhumana, quizá.


Responsabilidad del blogger sanitario


El próximo 24 de Junio (san Joan) participo en las XXX Jornadas de la AES (no la FAES, sino la Asociación de Economía de la Salud). Concretamente en la mesa redonda nº 13 (buen número) sobre «Economía de la información, responsabilidad social e impacto de las redes sociales». Comparto mesa con mi «vieja» amiga (que no amiga vieja) Milagros Pérez Oliva (¿os acordáis del «Grünenthal affaire«?), que hablará de «El papel de los medios de comunicación generalistas en el intercambio de información», y con Juan José Ganuza, del Departamento de Economía y Empresa de la Universitat Pompey Fabra, que se encargará de hablarnos del complejo mundo de «Los problemas de información asimétrica, la comunicación y la responsabilidad social de las empresas en el sector sanitario». La moderación corre a cargo de Juan del Llano.

El tema que eligieron para que hablara, en calidad de blogger múltiple, es «La responsabilidad del blogger sanitario», a cuyo título he añadido la palabra «compromiso», como podéis ver en la presentación:

Ver este documento en Scribd

Debo agradecer a Javier, Académico, FernandoG, Luis Carlos, Tere Martín y Rafa Bravo, que han aportado todos y cada uno de ellos un granito de arena a esta presentación. Y, como no, a los componentes del blogstorming del congreso de la blogosfera, en el que se habló, ente otras cosas, de este tema.

También aprovecho para hacer mi particular declaración de potenciales conflictos de intereres, ya que veo en el programa que la mesa está patrocinada:

Quiero declarar y declaro, en plenitud de mis facultades mentales, que no tengo nada que ver con la entidad colaboradora que aparece en el programa, que no tengo ningún tipo interés comercial con dicha empresa ni he sido beneficiario de ayudas, subvenciones o patrocinios anteriormente por la compañía susodicha. Tampoco, por supuesto, poseo acciones ni otros títulos especulativos en la misma. Respecto al congreso, he de decir, con el corazón en la mano y con la cabeza fría, que no he recibido ni recibiré remuneración económica por participar en la mesa, y que la organización corre con los gastos de mi desplazamiento (en mi León tdi sport limited), manutención y alojamiento derivados de mi participación. Atentamente,

egavilan


Bloggers y agencias de comunicación: ¿qué relación puede haber?


Que el mundo de la comunicación está cambiando a marchas forzadas es un hecho. Que la revolución tecnológica que ha supuesto «lo 2.0» esté modificando el punto de mira de las agencias de prensa (ahora ya llamadas «agencias de comunicación»), ¿también lo es?

Se me ocurre pensar que sí. Basta con leer la entradilla de esta encuesta online que ha elaborado Planner Media (una de las agencias de prensa más influyentes de nuestro país) a propósito del Primer Congreso de la Blogosfera Sanitaria para darnos cuenta de que el periodismo ha tomado conciencia de que el ritmo de la actualidad no sólo lo marcan ellos.

En la blogosfera hay líderes de opinión con más influencia que algunos medios de comunicación. Los blogs se sitúan en el punto de mira de empresas, agencias y gabinetes de comunicación. Pero los blogueros no son un medio de comunicación ni quieren que se les trate como tal. Así como las relaciones con los medios off line están establecidas, las empresas y agencias no cuentan con un manual de uso para comunicarse con el bloguero.

Esta «queja» de que los bloggers no hacemos caso a los medios y agencia de comunicación está fundada: diariamente recibimos en nuestro correo de saludyotrascosasdecomer o en el mío propio del orden de 2-4 notas de prensa diarias, ya sea de agencias de comunicación o directamente desde otros bloggers escritos por periodistas freelance. Desde luego nada que ver con los medios de comunicación habituales, que reciben 20 o 100 veces más que nosotros, claro. Pero no deja de ser curioso que los bloggers recibamos estas notas de prensa…

Y de qué van estas notas de prensa, se preguntarán ustedes. Pues incluyen noticias sobre actividades deportivas promovidas por una asociación de transplantados renales, las supuestas propiedades adelgazantes de la carne de conejo de cara a la temporada de verano, información sobre jornadas científicas o pseudocientíficas, los beneficios de la homeopatía en los catarros de los niños, el nuevo y último grito en el tratamiento de las verrugas, etc. Casi todas ellas procedentes de empresas o consorcios, o de asociaciones de pacientes o sociedades científicas y otras organizaciones sin supuestos fines de lucro, casi todas ellas con un denominador común: mensajes medicalizadores y que pretender centrar el foco de atención hacia su problema concreto porque lo mío es muy importante (muy en la línea del acertado post del amigo Baos). Lógicamente, las agencias son puros intermediarios y no son responsables de estos mensajes, pero es que… estas noticias como que no van con nosotros (o muchos de nosotros).

A veces pienso que este tipo de correos son una maldición por ser como somos; otras, simplemente me divierto leyéndolas. Pero nunca (que yo recuerde) he hecho un corta-pega de alguna de ellas para hacer una entrada, salvo para desmontarlas con afán crítico. E igual parece pasar con muchos compañeros de la blogosfera. Y esto parece inquietar (aunque sea sólo un poquito) a las agencias y medios de comunicación: ya que no puedes con el «enemigo», únete a él. O llama la atención de aquel. U ofrécele tus servicios. Pero, ¿qué servicios? ¿Nos puede interesar lo que transmiten? Es precisamente esto lo que Planner quiere saber: ¿Qué pueden (las agencias de comunicación) ofrecer que sea de su interés?

Pues lo voy a intentar aclarar, breve y sencillamente, al menos en o que a mi me concierne: nada. Lo siento. No lo digo con acritud, ni con rencor, no se equivoquen. Me explico. No soy periodista. No escribo en un medio de comunicación. No oculto que vivo en un mundo donde es imposible estar al loro de las cosas que pasan, y leo la prensa, escucho la radio y veo (poco) la televisión, y tampoco oculto que soy conocedor de la vertiente comunicativa que tienen los blogs. Pero es que no pretendo informar. Sólo crear y dinamizar debates. Sobre temas que me interesan, temas que busco activamente en un lado y en otro (y no que me sirven en bandeja), sobre cosas que leo, o sobre lo que reflexiono o sencillamente ideas que me asaltan en la cabeza o se me ponen delante de los ojos. Filtro, matizo, critico, ironizo sobre las noticias, sobre los datos de un ensayo clínico, sobre la conversación que tuve ayer con mi compañero de trabajo, sobre la queja de algún médico residente de la unidad docente donde trabajo, sobre el comentario que se cruzó ayer en la lista de correo donde estoy dado de alta. Este blog lo construimos entre todos los que estamos a un lado y otro de la pantalla. Y a mi nadie me ha dicho que deba ser de otra manera ni nadie parece querer que esto se convierta en un repositorio de noticias sobre el mundo sanitario.

La relación entre bloggers y agencias de comunicación no está regulada, Isabel Perancho de Planner Media, es cierto, pero no puede ir por ese camino. Si he de ser sincero, tampoco sé si debe hacer alguna relación. ¿O sí?

El lunes lo debatiremos en el blogstorming del congreso. Promete…


Los olvidados en los periódicos


Lo extraordinario (literalmente, lo que se sale de lo «ordinario», de lo común) alimenta noticias en prensa.

Una colombiana ‘resucita’ cuando iba a ser embalsamada en la funeraria

El técnico del tanatorio detectó que la mujer, que padecía esclerosis múltiple, movia las manos y los brazos.

El doctor Saavedra ha admitido que «no hay una explicación científica cierta», aunque ha declarado que el síndrome de Lázaro, como se conoce esta situación «sólo ha sido descrito en 38 casos en el mundo en algunos hospitales de Europa y Estados Unidos».

Una espátula dentro del abdomen

Los médicos se olvidaron el instrumento de 30 centímetros en el abdomen de la mujer

(A pie de video reza la siguiente frase: «La espátula olvidada, fruto de un error médico»).

Pero al otro lado del planeta, están los Enfermos Olvidados, que apenas salen en los medios:

Lo cual me hace recordar esa estupenda película de Buñuel.


Los Olvidados (The Forgotten Ones) (7/8)


Código ético de los periodistas en salud


Lo llamaron «Declaración de Sevilla», en honor a la ciudad donde, en el marco del III Congreso Nacional de Periodismo Sanitario (organizado, entre otros, por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud-ANIS-, la Fundación Farmaindustria y la Federación de Asociaciones de la Prensa en España-FAPE-), allá en Octubre del 2007, se aprobó.

Como toda declaración de buenas intenciones, es un decálogo lleno de valores como la independencia, la veracidad, la objetividad, la credibilidad y la responsabilidad.

Como ellos mismos dicen en dicha declaración,

así nos lo demandan nuestros lectores, oyentes, telespectadores e internautas, afectados de las informaciones sanitarias de cada día. Son ellos los que solicitan la adopción de criterios que nos ayuden a trabajar con rigor, profundidad, efectividad y respecto.
Texto completo aquí:


La belleza de la desesperación


La belleza de la desesperación. Desesperación delante y detrás del objetivo.

Kabul, Emergency’s Hospital. Noor, 15 years old, dramatically wounded by the burst of an anti-personnel mine, which caused him the loss of a arm and a leg.

De la serie «Afganistán«, del fotógrafo italiano Francesco Cocco, primer premio del certamen Luis Valtueña que celebra Médicos del Mundo.


Dimensiones científicas, mediáticas y personales de un debate caliente sobre la ética y la salud


Hace ya una semana desde que se publicó la tribuna de la defensora del lector de El País, Milagros Pérez Oliva «Avances médicos con intereses ocultos«, en respuesta a una carta mía en la que le pedía averiguara si existían conflictos de interés e indicios de publicidad encubierta en la redacción por parte de Mayka Sánchez, colaboradora del diario, en su reportaje «El dolor como quinto signo vital«. Tiempo suficiente para hacer balance provisional, en tres dimensiones principales: el plano científico, el mediático y el personal-emotivo.

En primer lugar, les presento el fármaco de la discordia, el Tapentadol.

Recopilo lo que he hablado en ocasiones anteriores en torno a este fármaco. Primero, en el post «Tratamiento del dolor, derecho de la humanidad. Pero ¿qué tratamiento?«, después de haber buscado en la base de datos PubMed, me atreví a decir que no deja de ser un opioide más que, por lo que se ve en los primeros ensayos clínicos publicados, no obtiene un balance beneficios-riesgos muy favorable salvo por el hecho de haber presentado hasta la fecha menos efectos adversos que sus análogos. Posteriormente, en la carta a la defensora del lector de El País, le comuniqué a Milagros Pérez lo siguiente: «los resultados muestran que no es muy superior al placebo y en todo caso es muy similar en cuanto a eficacia respecto de otros de los que hay mucha más experiencia clínica y cuyo precio, sospecho, será muy inferior».

Con el ánimo de recopilar más información si cabe y dado que hay compañeros de profesión, como el Dr. Manuel Rodrígez, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Carlos Haya de Málaga, que consideran que «es de juzgado de guardia equiparar un analgésico al placebo» (he dicho yo eso¿?), me dispuse esta semana a ampliar mi búsqueda a más bases de datos y buscadores, como OVID, Trip Database, Cochrane Library Plus y Micromedex. Con las palabras clave «tapentadol» OR «nucynta» (nombre comercial del fármaco en EEUU, aún no comercializado en nuestro país), y eliminando comunicaciones a congresos y artículos que no fuesen ensayos clínicos realizados en humanos y que comprobaran resultados de eficacia o seguridad-tolerabilidad (fase II-III), identifiqué los mismos seis estudios publicados hasta la fecha sobre los que había extraído las conclusiones que antes comentaba:

  1. Efficacy and tolerability of tapentadol immediate release and oxycodone HCl immediate release in patients awaiting primary joint replacement surgery for end-stage joint disease: a 10-day, phase III, randomized, double-blind, active- and placebo-controlled study. Hartrick C, Van Hove I, Stegmann JU, Oh C, Upmalis D. Clin Ther. 2009 Feb;31(2):260-71.
  2. A randomized, double-blind, placebo-controlled phase 3 study of the relative efficacy and tolerability of tapentadol IR and oxycodone IR for acute pain. Daniels S, Casson E, Stegmann JU, Oh C, Okamoto A, Rauschkolb C, Upmalis D. Curr Med Res Opin. 2009 Jun;25(6):1551-61.
  3. A randomized, double-blind, phase III study comparing multiple doses of tapentadol IR, oxycodone IR, and placebo for postoperative (bunionectomy) pain * Daniels SE, Upmalis D, Okamoto A, Lange C, Häeussler J. Curr Med Res Opin. 2009 Feb 10.
  4. Tolerability of tapentadol immediate release in patients with lower back pain or osteoarthritis of the hip or knee over 90 days: a randomized, double-blind study. Hale M, Upmalis D, Okamoto A, Lange C, Rauschkolb C. Curr Med Res Opin. 2009 May;25(5):1095-104.
  5. Single dose analgesic efficacy of tapentadol in postsurgical dental pain: the results of a randomized, double-blind, placebo-controlled study. Kleinert R, Lange C, Steup A, Black P, Goldberg J, Desjardins P. Anesth Analg. 2008 Dec;107(6):2048-55.
  6. The efficacy and tolerability of multiple-dose tapentadol immediate release for the relief of acute pain following orthopedic (bunionectomy) surgery. Stegmann JU, Weber H, Steup A, Okamoto A, Upmalis D, Daniels S. Curr Med Res Opin. 2008 Oct 10.

Se tratan de ensayos clínicos controlados (con placebo o con fármacos activos, excepto el 4, sólo comparado con fármaco activo), aleatorizados (aunque la mayoría no aportan datos sobre cómo se ocultó la secuencia de aleatorización), dobles ciego (aunque la mayoría no aporta datos suficientes sobre si el cegamiento se realizó correctamente), realizados en pacientes con distintos tipos de dolor agudo. Todos ellos han sido financiados por los laboratorios Grünenthal (propietaria de la molécula original) y/o Johnson & Johnson (su socio en la comercialización del fármaco). Incluso en algunos de ellos (1, 3, 5, 6), algún investigador era miembro de alguna de las compañías citadas.

La consistencia en los resultados entre los distintos estudios es amplia. Es decir, todos apuntan a lo mismo: el fármaco es significativamente mejor que el placebo en todos los estudios (en uno de ellos, la comparación tapentadol 50 mg Vs placebo ralla el nivel mínimo de significación estadístico, referencia 5, de ahí que me aventurara a decir que «no era muy superior a placebo»), y controla el dolor en la misma medida que fármacos similares, como la oxicodona (referencias 1-4 y 6), la morfina (ref. 5) e incluso el ibuprofeno a dosis tan bajas como 400 mg (ref. 5). Comparado con el resto de medicamentos de su misma familia, parece tener mejor perfil de tolerabilidad: menos proporción de pacientes con náuseas, vómitos y estreñimiento. Prácticamente no presenta diferencias en cuanto a efectos adversos moderados o graves, como el mareo, la somnolencia y la depresión respiratoria. Respecto al precio, resulta ser una media de 2-3 dólares más caro que la oxicodona, que a su vez cuesta 2-2,5 euros más cara que la morfina de liberación contínua (coste tratamiento / día).

Todos estos datos no dejan de ser provisionales. Lo lógico sería hacer una revisión sistemática (o metanálisis, si fuera posible) de TODOS los estudios, estén publicados o no (¿alguien se atreve a hacerlo conmigo?). En el último año se han presentado multitud de ensayos clínicos con tapentadol en congresos relacionados con el dolor, y según la oficina de registros del National Institutes of Healh, 9 de los 28 estudios con tapentadol registrados están aún en periodo de reclutamiento de pacientes. Puede que en un año los resultados sean diferentes. O no. Ya se verá.

Por tanto, hasta la fecha esto es lo que hay. Juzguen ustedes si los datos son más cercanos a mis declaraciones o a las de la periodista de El País. La que considero desproporcionada diferencia entre un extremo y el otro es la que me llevó a pensar que hablar del tapentadol como un fármaco «revolucionario» no fue un simple descuido. Y de ahí la denuncia. A partir de ahí, mi labor como médico acaba. Que los periodistas y sus comisiones deontológicas y los departamentos de «asuntos internos» de El País actúen si lo creen preciso. Lo único que buscaba era que nos sirviera a todos para reflexionar sobre las relaciones entre la industria farmacéutica, los medios de comunicación y los médicos. Simple y llanamente esto. No puede ser que a estas alturas miremos para otro lado como si nada…

En el plano mediático, los grandes periódicos de tirada nacional no se han movilizado en masa. Ni siquiera la prensa especializada. De hecho, ningún medio parece hacerse echo eco, salvo prSalud, que se ha embarcado en una campaña corporativa de cierre de filas en torno a Mayka Sánchez en la que aportan versiones diferentes sobre los hechos:

La colaboradora de El País podría haber ocultado fuentes en beneficio de Grünental, sólo por el mero hecho de haber viajado a Lisboa con ellos para el Congreso Europeo del Dolor en el que se presentaba el analgésico Tapentadol.

A pesar que de que la periodista ha intentado avalar los datos con artículos científicos, declaraciones de expertos y extractos de la Guía de Buena Práctica Clínica en Dolor, ‘a la Defensora esta explicación no le parece suficiente’.

Es más, no contentos con ello, ironizan de una manera abierta y un tanto alegre sobre la figura de Milagros Pérez:

Milagros no quiere saber nada sobre la caja de Pandora que ella misma ha abierto. prsalud se ha puesto en contacto con la Defensora, pero ella prefiere mantenerse al margen. ‘No hablo sobre mi trabajo’. Cinco palabras con las que parece haber cerrado definitivamente su escasa, y prácticamente olvidada, relación con el periodismo sanitario.

Si la Defensora creyó que su Tribuna optaría al Pulitzer estaba equivocada. Quizá pensó que había descubierto América y que tan desproporcionada acusación la haría merecedora del Nobel de Medicina.

Por su parte, la Asociación Nacional de Informadores de Salud, ANIS, ha hecho suya la defensa corporativa de la periodista «atacada», y en su página web recogen las reacciones de sus socios. La mayoría apoyando a Mayka, pero no todos. Fernando Comas, nuestro compañero blogosférico y socio de ANIS, mantuvo una actitud discrepante con la línea oficial de la asociación, lo que le costó un «repasito» gratuito:

Sólo parece estar de acuerdo con la ‘Tribuna de la discordia’ Fernando Comas (Pharmacoserías), quién además se atreve a dar clases de Marketing emulando a John Mack y dando a entender que los periodistas no saben diferenciar ‘una moto’ de una información de interés público. Nadie está a salvo de ser engañado ni por la industria, ni por la política ni por el deporte ni por la información de sucesos, pero lo que no se puede cuestionar es la profesionalidad de unas personas a quienes se les paga por hacer su trabajo.

(Por supuesto, huelga decir que Fernando es amigo, declaro éste mi conflicto de interés. Me sabe mal que se haya llevado este capón por dar la cara por mi. Mil gracias, Fernando).

Pero Fernando no ha sido la única voz discrepante con prSalud y ANIS. «Compañeros de profesión» inclusive. Tampoco ha sido el único de acuerdo con la tribuna de la Defensora del Lector de El País. No hay más que darse una vueltita por google para darse cuenta.

La compañía farmacéutica Grünenthal y su Fundación, por su parte, se ha limitado a decir que su trabajo es ‘concienciar a la población a través de las campañas, sin intención de que afloren nuevas patologías ni que aumente el gasto farmacéutico, sino simplemente promover una mejor forma de evaluar el dolor para un mejor diagnóstico‘. Nada más.

También quería comentar un par de cuestiones que recoge prsalud en el primer artículo de la saga del «caso Grünenthal». Dejan entrever que la queja que presenté era un intento de despecho por haber presentado el artículo de Mayka Sánchez datos que hablaban de una «incorrecta actuación de los facultativos de atención primaria». Además, me presentan como un conspirador que se alía con Pérez Oliva para mermar la ética periodística de Sánchez. ¿Qué persigue este medio con estas palabras? ¿Porqué utiliza estas herramientas tan impropias de un periódico que pretende ser serio? Una cosa es de agradecer: que no escondan su partidismo. Y otra cosa es de solicitar: que no saquen de donde no hay, por favor.

Por último, la dimensión personal. No escondo que ha sido una semana dura. No esperaba tanto revuelo. No sé si alegrarme o no de todo esto. Sí desde luego de haber abierto un debate necesario. No desde luego por el juicio paralelo realizado contra una profesional del periodismo, Mayka Sánchez, a la que no pretendía dañar ni menoscabar su integridad profesional.

Han sido muchos los compañeros, la mayoría de la profesión, otros «simples» ciudadanos, los que me han felicitado (aún no sé bien porqué) por haber dado el paso de denunciar este caso. A todos ellos desde aquí «mi nido», les doy las gracias.

Creo que no da para más el caso. A partir de ahora, hablemos abiertamente y con transparencia de ética, de profesionalismo, de cómo conseguir que todos, industria, médicos y profesionales sanitarios y de la información en salud, cada uno en su sitio y con responsabilidad y máximo compromiso, pongamos el foco en el paciente, en su salud, y no en el dinero ni en los intereses financieros ni corporativos. Por favor…

Abrazos