¿Fin de relaciones?


No desvelamos nada si decimos que Farmaindustria y el Ministerio de Sanidad han mantenido un idilio en los últimos meses. Desde el pacto de estabilidad (o «no agresión mutua») firmado por el ex-ministro Soria, pasando por el programa +i (por el cual la industria venía al rescate de la investigación clínica y epidemiológica), casi todo han sido besos y «te quieros» y «te necesitos».

Pero ahora la cosa puede cambiar. El Estado ha mirado la cuenta corriente y ha visto que tenía menos dinero de lo que pensaba. Y que una cuarta parte de la deuda que tiene con los bancos es debido a los gastos de farmacia. Con lo cual, ahora piensa que lo mejor es que la industria farmacéutica deje de ganar tanto dinero y de acumular tantos beneficios. Tanto lo piensa, que esta tarde será el punto estrella en el orden del día de la reunión extraordinaria del consejo de sabios de sanidad (consejo interterritorial).

Pero ¿cómo recortar el gasto? La pregunta del millón. Las propuetas son:

  • Retirada de algunos medicamentos financiados por la Seguridad Social.
  • La creación de una central de compras entre las autonomías para obtener mejores precios de la industria de consumibles (catéteres, gasas, inyectables, etcétera).
  • Aumento del uso de medicamentos genéricos.
  • Ajustar los precios de referencia.
  • Uso adecuado del medicamento. Manida expresión. Curioso el rescate de esta expresión. Y curioso que coincida con la campaña de Farmaindustria (??).

Aunque no sólo habrá medidas contra los laboratorios: está previsto no sólo la congelación de la masa salarial del personal sanitario (de hecho, en algunas comunidades están recortando o congelando los incentivos), sino de ajustar plantillas, no cubriendo bajas laborales y otras sustituciones y reduciendo las plazas convocadas en oposiciones y otros concursos. Toca, de nuevo, hacer más por menos.

De cambiar el modelo sanitario, de potenciar la atención primaria como medida de salvaguarda del sistema sanitario público, de desmedicalizar, de establacer fórmulas de participación e implicación ciudadana y de corresponsabilidad (no hablo, ojo, de copago, sino de hacer un uso responsable de los recursos por parte de TODOS), nada de nada…



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