Dimensiones científicas, mediáticas y personales de un debate caliente sobre la ética y la salud


Hace ya una semana desde que se publicó la tribuna de la defensora del lector de El País, Milagros Pérez Oliva «Avances médicos con intereses ocultos«, en respuesta a una carta mía en la que le pedía averiguara si existían conflictos de interés e indicios de publicidad encubierta en la redacción por parte de Mayka Sánchez, colaboradora del diario, en su reportaje «El dolor como quinto signo vital«. Tiempo suficiente para hacer balance provisional, en tres dimensiones principales: el plano científico, el mediático y el personal-emotivo.

En primer lugar, les presento el fármaco de la discordia, el Tapentadol.

Recopilo lo que he hablado en ocasiones anteriores en torno a este fármaco. Primero, en el post «Tratamiento del dolor, derecho de la humanidad. Pero ¿qué tratamiento?«, después de haber buscado en la base de datos PubMed, me atreví a decir que no deja de ser un opioide más que, por lo que se ve en los primeros ensayos clínicos publicados, no obtiene un balance beneficios-riesgos muy favorable salvo por el hecho de haber presentado hasta la fecha menos efectos adversos que sus análogos. Posteriormente, en la carta a la defensora del lector de El País, le comuniqué a Milagros Pérez lo siguiente: «los resultados muestran que no es muy superior al placebo y en todo caso es muy similar en cuanto a eficacia respecto de otros de los que hay mucha más experiencia clínica y cuyo precio, sospecho, será muy inferior».

Con el ánimo de recopilar más información si cabe y dado que hay compañeros de profesión, como el Dr. Manuel Rodrígez, jefe de la Unidad del Dolor del Hospital Carlos Haya de Málaga, que consideran que «es de juzgado de guardia equiparar un analgésico al placebo» (he dicho yo eso¿?), me dispuse esta semana a ampliar mi búsqueda a más bases de datos y buscadores, como OVID, Trip Database, Cochrane Library Plus y Micromedex. Con las palabras clave «tapentadol» OR «nucynta» (nombre comercial del fármaco en EEUU, aún no comercializado en nuestro país), y eliminando comunicaciones a congresos y artículos que no fuesen ensayos clínicos realizados en humanos y que comprobaran resultados de eficacia o seguridad-tolerabilidad (fase II-III), identifiqué los mismos seis estudios publicados hasta la fecha sobre los que había extraído las conclusiones que antes comentaba:

  1. Efficacy and tolerability of tapentadol immediate release and oxycodone HCl immediate release in patients awaiting primary joint replacement surgery for end-stage joint disease: a 10-day, phase III, randomized, double-blind, active- and placebo-controlled study. Hartrick C, Van Hove I, Stegmann JU, Oh C, Upmalis D. Clin Ther. 2009 Feb;31(2):260-71.
  2. A randomized, double-blind, placebo-controlled phase 3 study of the relative efficacy and tolerability of tapentadol IR and oxycodone IR for acute pain. Daniels S, Casson E, Stegmann JU, Oh C, Okamoto A, Rauschkolb C, Upmalis D. Curr Med Res Opin. 2009 Jun;25(6):1551-61.
  3. A randomized, double-blind, phase III study comparing multiple doses of tapentadol IR, oxycodone IR, and placebo for postoperative (bunionectomy) pain * Daniels SE, Upmalis D, Okamoto A, Lange C, Häeussler J. Curr Med Res Opin. 2009 Feb 10.
  4. Tolerability of tapentadol immediate release in patients with lower back pain or osteoarthritis of the hip or knee over 90 days: a randomized, double-blind study. Hale M, Upmalis D, Okamoto A, Lange C, Rauschkolb C. Curr Med Res Opin. 2009 May;25(5):1095-104.
  5. Single dose analgesic efficacy of tapentadol in postsurgical dental pain: the results of a randomized, double-blind, placebo-controlled study. Kleinert R, Lange C, Steup A, Black P, Goldberg J, Desjardins P. Anesth Analg. 2008 Dec;107(6):2048-55.
  6. The efficacy and tolerability of multiple-dose tapentadol immediate release for the relief of acute pain following orthopedic (bunionectomy) surgery. Stegmann JU, Weber H, Steup A, Okamoto A, Upmalis D, Daniels S. Curr Med Res Opin. 2008 Oct 10.

Se tratan de ensayos clínicos controlados (con placebo o con fármacos activos, excepto el 4, sólo comparado con fármaco activo), aleatorizados (aunque la mayoría no aportan datos sobre cómo se ocultó la secuencia de aleatorización), dobles ciego (aunque la mayoría no aporta datos suficientes sobre si el cegamiento se realizó correctamente), realizados en pacientes con distintos tipos de dolor agudo. Todos ellos han sido financiados por los laboratorios Grünenthal (propietaria de la molécula original) y/o Johnson & Johnson (su socio en la comercialización del fármaco). Incluso en algunos de ellos (1, 3, 5, 6), algún investigador era miembro de alguna de las compañías citadas.

La consistencia en los resultados entre los distintos estudios es amplia. Es decir, todos apuntan a lo mismo: el fármaco es significativamente mejor que el placebo en todos los estudios (en uno de ellos, la comparación tapentadol 50 mg Vs placebo ralla el nivel mínimo de significación estadístico, referencia 5, de ahí que me aventurara a decir que «no era muy superior a placebo»), y controla el dolor en la misma medida que fármacos similares, como la oxicodona (referencias 1-4 y 6), la morfina (ref. 5) e incluso el ibuprofeno a dosis tan bajas como 400 mg (ref. 5). Comparado con el resto de medicamentos de su misma familia, parece tener mejor perfil de tolerabilidad: menos proporción de pacientes con náuseas, vómitos y estreñimiento. Prácticamente no presenta diferencias en cuanto a efectos adversos moderados o graves, como el mareo, la somnolencia y la depresión respiratoria. Respecto al precio, resulta ser una media de 2-3 dólares más caro que la oxicodona, que a su vez cuesta 2-2,5 euros más cara que la morfina de liberación contínua (coste tratamiento / día).

Todos estos datos no dejan de ser provisionales. Lo lógico sería hacer una revisión sistemática (o metanálisis, si fuera posible) de TODOS los estudios, estén publicados o no (¿alguien se atreve a hacerlo conmigo?). En el último año se han presentado multitud de ensayos clínicos con tapentadol en congresos relacionados con el dolor, y según la oficina de registros del National Institutes of Healh, 9 de los 28 estudios con tapentadol registrados están aún en periodo de reclutamiento de pacientes. Puede que en un año los resultados sean diferentes. O no. Ya se verá.

Por tanto, hasta la fecha esto es lo que hay. Juzguen ustedes si los datos son más cercanos a mis declaraciones o a las de la periodista de El País. La que considero desproporcionada diferencia entre un extremo y el otro es la que me llevó a pensar que hablar del tapentadol como un fármaco «revolucionario» no fue un simple descuido. Y de ahí la denuncia. A partir de ahí, mi labor como médico acaba. Que los periodistas y sus comisiones deontológicas y los departamentos de «asuntos internos» de El País actúen si lo creen preciso. Lo único que buscaba era que nos sirviera a todos para reflexionar sobre las relaciones entre la industria farmacéutica, los medios de comunicación y los médicos. Simple y llanamente esto. No puede ser que a estas alturas miremos para otro lado como si nada…

En el plano mediático, los grandes periódicos de tirada nacional no se han movilizado en masa. Ni siquiera la prensa especializada. De hecho, ningún medio parece hacerse echo eco, salvo prSalud, que se ha embarcado en una campaña corporativa de cierre de filas en torno a Mayka Sánchez en la que aportan versiones diferentes sobre los hechos:

La colaboradora de El País podría haber ocultado fuentes en beneficio de Grünental, sólo por el mero hecho de haber viajado a Lisboa con ellos para el Congreso Europeo del Dolor en el que se presentaba el analgésico Tapentadol.

A pesar que de que la periodista ha intentado avalar los datos con artículos científicos, declaraciones de expertos y extractos de la Guía de Buena Práctica Clínica en Dolor, ‘a la Defensora esta explicación no le parece suficiente’.

Es más, no contentos con ello, ironizan de una manera abierta y un tanto alegre sobre la figura de Milagros Pérez:

Milagros no quiere saber nada sobre la caja de Pandora que ella misma ha abierto. prsalud se ha puesto en contacto con la Defensora, pero ella prefiere mantenerse al margen. ‘No hablo sobre mi trabajo’. Cinco palabras con las que parece haber cerrado definitivamente su escasa, y prácticamente olvidada, relación con el periodismo sanitario.

Si la Defensora creyó que su Tribuna optaría al Pulitzer estaba equivocada. Quizá pensó que había descubierto América y que tan desproporcionada acusación la haría merecedora del Nobel de Medicina.

Por su parte, la Asociación Nacional de Informadores de Salud, ANIS, ha hecho suya la defensa corporativa de la periodista «atacada», y en su página web recogen las reacciones de sus socios. La mayoría apoyando a Mayka, pero no todos. Fernando Comas, nuestro compañero blogosférico y socio de ANIS, mantuvo una actitud discrepante con la línea oficial de la asociación, lo que le costó un «repasito» gratuito:

Sólo parece estar de acuerdo con la ‘Tribuna de la discordia’ Fernando Comas (Pharmacoserías), quién además se atreve a dar clases de Marketing emulando a John Mack y dando a entender que los periodistas no saben diferenciar ‘una moto’ de una información de interés público. Nadie está a salvo de ser engañado ni por la industria, ni por la política ni por el deporte ni por la información de sucesos, pero lo que no se puede cuestionar es la profesionalidad de unas personas a quienes se les paga por hacer su trabajo.

(Por supuesto, huelga decir que Fernando es amigo, declaro éste mi conflicto de interés. Me sabe mal que se haya llevado este capón por dar la cara por mi. Mil gracias, Fernando).

Pero Fernando no ha sido la única voz discrepante con prSalud y ANIS. «Compañeros de profesión» inclusive. Tampoco ha sido el único de acuerdo con la tribuna de la Defensora del Lector de El País. No hay más que darse una vueltita por google para darse cuenta.

La compañía farmacéutica Grünenthal y su Fundación, por su parte, se ha limitado a decir que su trabajo es ‘concienciar a la población a través de las campañas, sin intención de que afloren nuevas patologías ni que aumente el gasto farmacéutico, sino simplemente promover una mejor forma de evaluar el dolor para un mejor diagnóstico‘. Nada más.

También quería comentar un par de cuestiones que recoge prsalud en el primer artículo de la saga del «caso Grünenthal». Dejan entrever que la queja que presenté era un intento de despecho por haber presentado el artículo de Mayka Sánchez datos que hablaban de una «incorrecta actuación de los facultativos de atención primaria». Además, me presentan como un conspirador que se alía con Pérez Oliva para mermar la ética periodística de Sánchez. ¿Qué persigue este medio con estas palabras? ¿Porqué utiliza estas herramientas tan impropias de un periódico que pretende ser serio? Una cosa es de agradecer: que no escondan su partidismo. Y otra cosa es de solicitar: que no saquen de donde no hay, por favor.

Por último, la dimensión personal. No escondo que ha sido una semana dura. No esperaba tanto revuelo. No sé si alegrarme o no de todo esto. Sí desde luego de haber abierto un debate necesario. No desde luego por el juicio paralelo realizado contra una profesional del periodismo, Mayka Sánchez, a la que no pretendía dañar ni menoscabar su integridad profesional.

Han sido muchos los compañeros, la mayoría de la profesión, otros «simples» ciudadanos, los que me han felicitado (aún no sé bien porqué) por haber dado el paso de denunciar este caso. A todos ellos desde aquí «mi nido», les doy las gracias.

Creo que no da para más el caso. A partir de ahora, hablemos abiertamente y con transparencia de ética, de profesionalismo, de cómo conseguir que todos, industria, médicos y profesionales sanitarios y de la información en salud, cada uno en su sitio y con responsabilidad y máximo compromiso, pongamos el foco en el paciente, en su salud, y no en el dinero ni en los intereses financieros ni corporativos. Por favor…

Abrazos


19 comentarios on “Dimensiones científicas, mediáticas y personales de un debate caliente sobre la ética y la salud”

  1. Anna dice:

    Vaya Enrique, siento que haya sido una semana dura para ti porque, entre otras cosas, no lo acabo de entender… Has hecho lo que debías y de la forma adecuada, puedes estar tranquilo al respecto 😉

    Sí me molesta a mí también que los demás medios ni siquiera hayan hecho mención del caso que, particularmente, me parece de suma importancia por las implicaciones éticas que conlleva y su suculenta punta del iceberg: el parcialismo con que a veces se adoctrina a los pacientes. A este respecto, una vez más mi enhorabuena por haber dado el primer paso.

    ¿Ayuda para un metanálisis? Bien sabes que sería el primero para mí, pero si no encuentras otros colaboradores para mí sería un verdadero placer ayudarte.

    Un beso bien grande!!

    • Enrique Gavilán dice:

      Gracias por tus comentarios, Anna. También pienso que ha hecho lo que debía, lo que cualquiera de nosotros hubiese hecho. Pero en realidad no he hecho nada del otro mundo, solo que como se trata de El País, pues ha tenido más repercusión de la esperada. Pero nada más.
      Lo del metanálisis… quién sabe. Puede que te tome la palabra! 😉
      Un beso

  2. Laura dice:

    Me parece un gran esfuerzo el que estás haciendo para ser lo más sincero y equilibrado posible en todo este asunto. En todos los planos: el científico que tanto te gusta, el mediático que tanto desconocemos y el personal, el más duro. Pero el trabajo que haces va generando semillas que antes o después caerán en buena tierra. Quizá entre todos te ayudemos a regar y cuidar esas semillas y entonces tal vez, sólo tal vez, estemos de verdad levantando nuestra revolución (si nos dejan!).
    Un abrazo, compañero.

  3. Josep M (Barcelona) dice:

    Mi felicitación más sincera por tu intervención. Hacen falta muchos como tu y somos muchos los que estamos contigo.

    • Enrique Gavilán dice:

      Ya lo he visto. Me he abstenido de hacer comentarios, aunque para ello me he tenido que morder la lengua…
      Viva la parcialidad y sus beneficios.
      Abrazos

  4. Ricard Meneu dice:

    Me ha gustado mucho un argumento que transcribes, bastante inespecífico del debate, pero muy significativo:
    «lo que no se puede cuestionar es la profesionalidad de unas personas a quienes se les paga por hacer su trabajo.»

    O sea, la «profesionalidad» no ha de juzgarse por como se ejerce la profesión, -«con relevante capacidad y aplicación» que dice el DRAE – ,si no por cobrar (al menos de un pagador) por ello.

    Creo que hasta ahora el paradigma de definición de «profesionalidad» por el mero cobro era la prostitución, con idependencia de la calidad del servicio.
    Cuando se escogen ejemplos a menudo se delatan las asunciones subyacentes.

    En fin, ánimo. Que en todo este asunto el único «trabajo» indudablemente hecho «con relevante capacidad y aplicación» es el tuyo.

    • Enrique Gavilán dice:

      Un honor, Ricard, tenerte por aquí.
      Sí, es cierto, me chirrió a mi también este comentario y llegué a la misma reflexión, curiosamente.
      Por eso creo interesante que se rescate este concepto de las cavernas, es una de esas palabras huecas que todo el mundo tiene en la boca pero que luego nos cuesta definir, y sobre todo aplicar.
      Gracias y un abrazo,

      enrique

  5. Camilo dice:

    Sinceras felicitaciones por tu participación; lamento las consecuencias a nivel personal, pero es muy necesario que este tipo de conflictos sea expuesto de manera transparente y honesta. Mucha suerte y ánimo para el futuro

  6. Ramón dice:

    Aconsejo no sufrir que no merece (no más que por otras cosas) Por lo que se ve, el tema se ha extinguido con cuatro dimes y diretes. Lo que le dije a Fernando (Comas). Sois grandes. Así que a seguir en la brecha.
    Cordiales saludos.
    Nota: Aprendí con Iñaki Murua (imurua-botxotik.blogspot.com) que uno escribe, nueve comentan y 90 miran ;-). Estaremos ahí.

    • Enrique Gavilán dice:

      Creo que mis palabras han denotado algo que en verdad no he sentido con tanta viveza. Era consciente de que todo el barullo se iba a acabar en breve, lo cual no evita que a uno no le gusta que le manipulen…
      Abrazos, Ramón

  7. miguel dice:

    He leido todo lo relacionado con el tema estas semanas, y con la distancia propia del lego en la materia, creo que levantar la voz (de forma motivada) contra el dictado de los poderosos (que se creen en posesión de la verdad).

    Hablaremos de esto y de mucho mas en marzo, que tengo ya una visita programada a tu ciudad.

  8. […] placentino, que se tomó la molestia de desfacer el entuerto y así nos lo ha contado en su blog: El nido del Gavilán (El lugar donde pongo mis huevos) – Dimensiones científicas, mediáticas…. Y con esta se suma otra noticia sobre tarugazos, que últimamente es lo que más está de moda en […]

  9. Trabajando una nota, «curucuteando» por la web, tropiezo con esto que, en su momento, me pasó por alto.
    Gracias Enrique ya sé, sin saber/haber sabido esto, por qué somos amigos…
    Por algo, le decencia.

    Un fuerte abrazo y gracias.

  10. […] es muy parecida a la de nuestro querido Enrique Gavilán cuando puso el dedo en el ojo con la campaña de promoción del Tapentadol y la promoción del mismo mediáticamente y a través de la Plataforma sin […]


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