Publicado: 1 diciembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: Confesiones del Dr Gavilán, Humor, medicina de familia |

Dicen que a Franco le alargaron la vida, con mucho sufrimiento por su parte, entre otras cosas por el miedo al día después de su muerte. Los médicos que le atendieron probablemente sabían que el monstruo estaba sufriendo, pero la incertidumbre histórica y las órdenes políticas de mantenerlo con vida a toda costa pudo con ellos (¡cualquiera pone en práctica la eutanasia en ese contexto!).
A veces me da la sensación de que algo así está pasando con la Atención Primaria. La agonía de este
otro monstruo está igualmente siendo dramática. Y los que la mantenemos con vida artificialmente tememos «miedo al día después». Sin embargo, y a pesar de que realmente a muy poca gente le interesa verdaderamente la Atención Primaria, los que deciden y mandan son los primeros (aunque no los únicos) que quieren que viva, pero una vida agónica, alargada con tratamientos sintomáticos y paliativos, sin futuro, apagándose poco a poco..
A veces me entran ganas de desear con todas mis ganas que muera ya. Y que alguien, o entre todos, construyamos Otra Atención Primaria, llámese X. Una Nueva Atención Primaria donde podamos simplemente trabajar como sabemos y queremos. Aunque no sé hasta qué punto este deseo es compartido por mucha gente.
Por lo pronto, y mientras llega su muerte y renovada resurección o renacimiento o alumbramiento de su hijo, ya tengo una propuesta de epitafio:
En ALMA ATA nació, pero pronto el ALMA le arrebataron y al fin ATAda murió, en todas las esquinasy a la vista de todo el mundo
Y a quienes piensen que lo doy todo por perdido, les dedico esta canción (que cambio, por licencia creativa, su título a «Atención Primaria, moriría por vos»).
Publicado: 27 noviembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: medicina de familia |

Iniciativas independientes y vigorosas como ésta tienen cada vez más sentido. Se llama Forum Catalán de Atención Primaria, la
FOCAP para los amigos. En poco tiempo tiene ya más de 400 inscritos, algunos ilustres de la Atenció Primaria catalana entre ellos, como se puede ver en la
noticia de DM.
Nacido con un pan debajo del brazo (en la presentación, cuyo anuncio vemos en la foto, estuvo nada más y nada menos que
Bárbara Starfield), podríamos definirlo a bocadejarro como un foro de debate al más puro estilo de MedFam, pero en catalá. Lo cierto es que es mucho más: en realidad ¡está llamada a ser una caldera en contínua ebullición!
A nadie se le escapa que la Atención Primaria está degradándose. Ante la pasividad o los intentos de despiste de la administración (ni estrategia AP21 ni pacto por la sanidad ni planes de desburocratización o de innovación ni flores) y demás actores sociales (colegios profesionales, sociedades y asociaciones científicas, sindicatos…), los profesionales somos no sólo los que movemos el cotarro y constituimos la masa crítica de la Atención Primaria, sino que además hacemos que el sistema sanitario en general y la Atención Primaria en concreto siga, a pesar de todo, funcionando.
Aunque luego uno lee esto y se le levanta la moral:
«Debido a su formación basada en el hospital, los especialistas (especialmente los que trabajan en hospitales) no están en una posición de apreciar la génesis, la historia natural o el manejo de problemas de salud tal como surgen y existen en la comunidad. Tienen umbrales mucho más bajos para sospechar enfermedades graves e intervenir inapropiadamente, incrementando así los daños y los costes.»
Gracias, Bárbara. Gracias FOCAP. Os seguiremos desde cerca. ¡Llarga vida al FOCAP!
(Cita extraída de la conferencia de la Dra. Starfield titulada «Hospitals, Specialists, and Primary Care: Respective Roles in Achieving Population Health«, en la presentación del FOCAP)
Publicado: 19 noviembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: medicina de familia, Soluciones para la crisis |

A mano alzada, responded, por favor (sólo los que seáis socios de la semFYC):
¿Cuántos de vosotros sabe que hay elecciones a los miembros electos de la Junta Permanente de semFYC? ¿Quiénes cuándo y dónde son las votaciones? ¿Cuántos sabéis que hay dos candidaturas? ¿Cuántos quién compone cada grupo? ¿Quiénes han leído o conocen los elementos clave de los programas electorales de cada candidatura?
¿Cuántos de los que habéis alzado la mano a alguna de las anteriores preguntas ha recibido la información por vía directa de semFYC o su sociedad federada?
No sería de extrañar que haya pocas manos alzadas. Porque la mayoría de las sociedades federadas de semFYC, como luego veremos, no han colgado en sus páginas web información sobre el proceso electoral (convocatoria de elecciones y los programas de las dos candidaturas), a pesar de que, como es lógico, todas disponen de esos documentos. Y siendo como es la web una vía rápida, cómoda y barata de comunicación con los socios, lo lógico, como en toda organización de hábitos democráticos, es que hubiese información. Por el medio que sea, pero esto debe informarse a los socios. No puede (o debiera) ser de otra manera. No digo ya hacer debates televisados o programas tipo «tengo una pregunta para usted, señor Basora o señor Prados», no hace falta hacer ningún show de esto. Pero sí, al menos, informar a quien hay que hacerlo.
Sin embargo, a día 18 de noviembre sólo en 5 de las 17 sociedades federadas de semFYC hay, por poner sólo un ejemplo, información completa (en una de ellas la información es la procedente de la nota de prensa a los medios, que es escueta) sobre las opciones y programas que concurren a las elecciones. Afortunadamente, en la web oficial de semFYC sí que aparecen, aunque previo registro y limitado a socios, como es también lógico. De los blogs de las candidaturas hasta la fecha presentadas, sólo aparece el programa como tal en uno, y en el otro sólo se esbozan sus líneas generales. En la prensa especializada ha aparecido alguna noticia, pero la presencia ha sido testimonial. Puede que algunas sociedades federadas hayan mandado información a sus socios, pero no tenemos datos de cuáles, y sospecho que no han sido todas (al menos la mía no lo ha hecho).
Así, no sería de extrañar que no haya mucha gente enterada de esto que se cuece. Y sin información no hay debate. Y si una organización no genera debates internos ni mueve a sus socios o afiliados está, sencillamente, hueca, vacía por dentro. Ejemplos de esto que afirmo tenemos muchos: desde partidos políticos a sindicatos, pasando por colegios profesionales y sociedades científicas. No nos convirtamos en uno más…
En un post anterior, lanzábamos algunas preguntas cuya vigencia a estas alturas del proceso electoral es aún mayor que hace dos semanas: ¿Servirá esta doble candidatura para movilizar a los socios? ¿Habrá debate suficiente como para remover conciencias? ¿Tenemos una organización todo lo democrática, transparente y abierta posible?
A estas, añado ahora algunas otras (con mala leche, lo reconozco): ¿Está llegando la información a los socios? Es más, ¿qué está pasando con los compromisarios, los únicos que tienen potestad para votar? ¿Hay, en general, falta de comunicación de la organización con el socio? Si la hay, ¿qué interpretación debemos dar a este fenómeno?
Probablemente a estas alturas alguno ya me haya echado mal de ojo… Merecido lo tendría, por supuesto. ¡A ver quién me habrá dado a mi vela en este entierro! Desde luego, no hago esto para fastidiar a unos ni para gloria de los otros (tengo amigos en ambos, y los considero a todos igual de válidos), ni siquiera para desprestigiar al equipo actual, equipo en el que también formé parte y cuyo reconocimiento nunca será suficiente. Si lo hago es porque creo que mi obligación como socio de esta organización es contribuir a que sea más fuerte. De la forma que estimo que es más útil, que es desde la crítica, pero también aportando ideas y propuestas. Y desde mi posición, modesta, ahora de retaguardia y por tanto cómoda y sin riesgos.
Ambas candidaturas han sido lo suficientemente sensibles como para recoger en sus programas la preocupación de acercarse al socio… Gane quien gane tiene, a mi juicio, el deber moral de dotar a esta organización de los mecanismos y medios (y por supuesto, ¡también la voluntad!) para informar de este tipo de circunstancias que son la esencia de toda organización que dice pretender, desde la transparencia y la democracia, servir a los que socios a los que representa y de los que se nutre. Nada más y nada menos que cerca de 20000 personas…
(Imagen extraída del diario «El País«)
Publicado: 16 noviembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: congresos, medicina de familia |

El éxito (o fracaso) de un congreso científico se mide generalmente en cifras. No sé cuantos asistentes, tantos talleres, X por ciento de asistentes a los talleres, etc. Menos habitual (o al menos menos habitual es verlo en los medios) es hacer balances en cualitativo: titulares como «el congreso que marcó tendencias en…», o «el debate sobre tal cuestión, llevado a cabo en el congreso de la SEtal, llega a los centros de salud», son menos frecuentes. Las cifras siempre han gustado más…
Y si esto es así para los de cualquier especialidad médica, más aún para una como la medicina de familia, cuya cuota de mercado, limitada aunque creciente y amplia, se debe repartir entre tres sociedades científicas (SEMFYC, SEMERGEN y SEMG). Entonces, como si se tratara de los
recuentos de los asistentes a una manifestación, vienen las disputas: que si al mío han venido 5000 personas, que si al mío 5500, que si el mío no se queda atrás, etc. Y se hacen fotos y notas de prensa que fielmente los medios recogen, ilustrando las cifras siempre redondas y preciosas.
Ahora, al baile de cifras se le une uno curioso: el mío ha generado ingresos en la ciudad de acogida por valor de
8.5 millones de euros. Lógicamente, a una ciudad se le hacen los ojos chiribitas con estas noticias y se frotan las manos. Tanto, que son capaces de hacer de esto una noticia en la que se jactan de que esto supone una inyección económica en tiempos de crisis. Tanto, que ponen a sus funcionarios municipales a hacer números para
1) analizar la cantidad de puestos de trabajo (temporales) que generan en hoteles, agencias de viajes, restaurantes, empresas de cátering, traductores, azafatas y tiendas de regalos, entre otros.
2) calcular el gasto medio por asistente (unos dicen que unos
500 euros/día, otros
200).
Un argumento más (al que desde luego no me sumo) para mantener el negocio (uy, perdón!, quise decir «modelo») de congresos médicos…
Publicado: 10 noviembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: medicina de familia, Soluciones para la crisis |

Lo prometido es deuda. La candidatura a las próximas elecciones de semFYC liderada por el actual vicepresidente 1º Pep Basora ya se ha hecho un
blog. Su lema es «semFYC en positivo». Además de Pep, la componen personajes ya conocidos en las esferas de las directivas de semFYC y sus sociedades federadas, como son Ana Pastor (actual vicepresidenta 2º), Domingo Orozco (presidente de la sociedad valenciana), Salvador Tranche (presidente de la sociedad asturiana) y Pascual Solanas (vocal de la Comisión Nacional de la Especialidad), entre otros. Y es precisamente esta circunstancia (caras conocidas y experiencia en la organización) una de sus principales virtudes (o defectos, según se mire…).
Su
programa está disponible en la web de la societat balear (gracias a
CC Baxter, el cual en su blog difunde información sobre las candidaturas. Por cierto, el programa de la autodenominada «alternativa» está
aquí). Muchas promesas por ambos lados.
Lo bueno que tiene que haya dos candidaturas es que al menos han tenido que currarse un programa. Y que se hayan hecho público, para que todos sepamos por dónde piensa más o menos ir cada uno. Y para que cuando uno sienta que hay desviaciones, si las hay, pueda comprobarlo si quiere.
Con una lectura no muy exhaustiva uno puede sacar muchas conclusiones. Yo ya las he sacado. Tanto, que si antes albergaba alguna duda ahora ya lo tengo claro del todo. Si pudiera votar ya sé qué haría. A no ser que haya otra nueva opción (que bien podría llamarse «
la tercera vía«), y que desde luego no descartaría. Pero es que no puedo votar, por
estatutos sólo lo hacen los compromisarios… Y aunque pudiera, durante la asamblea de las votaciones estaré en
este lugar en una mesa redonda sobre relación médico paciente. Casi que mejor…
¿»SEMFyC en positivo» o «La SEMFyC de siempre, una nueva SEMFyC»?
Publicado: 29 septiembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: formacion sanitaria especializada, medicina de familia |
Ya lo dijimos
antes. Una cosa es lo prioritario y otra lo importante…
Hablamos de docencia, hablamos de formación sanitaria especializada.
Hace año y medio que se aprobó a nivel nacional un decreto, el
183/2008, el mal llamado «decreto formativo MIR». En este, además de regular aspectos que el anterior, el «
decreto laboral de los residentes» dejó en el aire (como el siempre controvertido tema de la «adquisición progresiva de responsabilidades» y el «derecho de supervisión» de la actividad asistencial de los residentes), se venía a normalizar cuestiones vitales para la formación sanitaria especializada. Entre ellas la nueva configuración del sistema docente especializado, la creación de las Unidades Docente Multidisciplinares (en la que medicina de familia comería de la misma mano que la aún no desarrollada
especialidad de enfermería familiar y comunitaria), la sustitución de la comisión asesora por las comisiones de docencia de MFyC, y, sobre todo, el sistema de reconocimiento de la labor de los tutores.
Esto último es algo que ha sido impunemente obviado y olvidado en este sistema sanitario. Porque el tutor es el ser y no ser de la formación. Por justicia histórica. Porque se lo merecen. Porque necesitan este revulsivo para seguir sintiendo que su labor la entiende alguien, la valora alguien, sirve, en definitiva, para algo.
Pues bien. Los coordinadores (ahora jefes de estudio) de las Unidades Docentes (ahora Comisiones de Docencia) de MFyC y los técnicos (de salud?, docentes?, ni nosotros lo sabemos), ingenuos, corrimos a leernos con furor este decreto, analizándolo con lupa, juntándonos y creando grupos de trabajo para elaborar propuestas. Mientras tanto, en nuestra autonomía se nos concedieron espacios para portar ideas: unas jornadas (donde expuse la presentación que os adjunto abajo) y un par de reuniones de grupos de trabajo. En nuestras comisiones asesoras comunicamos con alegría la buena nueva a los tutores y a los residentes. En estas cosas volcamos ilusión y esperanzas…
Pero en esta España nuestra de los reinos de taifas, un decreto aprobado a nivel estatal no dice nada si no se acompaña de su correspondiente decreto autonómico. Estos 17 decretos autonómicos debían haber estado aprobados para febrero de este año, un año después de la aprobación del estatal. Este periodo máximo ha pasado. El tiempo ha pasado. De hecho, van pasado los meses y
ni una sola comunidad autónoma lo ha aprobado, y aún faltan muchos meses para que lo hagan.
Ninguna tiene prisa por hacerlo. ¿Motivos? ¿La crisis económica? ¿La gripe A? ¿La falta de ideas? ¿Negligencia? ¿No estamos ante una prioridad? O vete tu a saber. Porque nadie sabe aún porqué. No han tenido ni la decencia de explicarlo. Mientras tanto, aquí seguimos, todo sigue igual. Y lo peor: nadie garantiza que ni con decreto ni sin decreto la cosa vaya a mejorar.
Publicado: 25 septiembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: medicina de familia |

(En la foto, una estudiante de medicina anota, interesada, los datos de este anuncio expuesto en la facultad de medicina de Badajoz):
Licenciado en Medicina. Trabaja este verano como médico de Atención Primaria. Te ofrecemos consultas y guardias en Mérida y alrededores. Contactar en el 924382433 o en el email dap.merida@ses.juntaextremadura.net
Así se las gasta la administración sanitaria. Y muchos compañeros que cojen este tipo de contratos.
Prepárate un mínimo de un año el examen MIR y haz 4 años (antes 3) de especialidad, para que luego un licenciado sin titulación de especialista que no haya pasado por la legalidad vigente y que haya estado todo este tiempo haciendo sustituciones, esté por delante de ti en tiempo trabajado en las bolsas.
¿Repasamos la legalidad? RD 1753/1998:
Artículo 4.2: Para desempeñar las plazas de Medicina de Familia en centros o servicios, propios, integrados o concertados, del Sistema Nacional de Salud será requisito imprescindible poseer el título de Médico Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.
Pero el no cumplir el decreto y el saltarse la bolsa no parece ser del interés de la Gerencia que oferta de esta manera tan peculiar trabajar para el sistema. El pretexto es la falta de médicos, como no. Se escudan también diciendo que
solo es necesario ser titulado en Medicina y Cirugía para trabajar «haciendo sustituciones en Atención Primaria», es decir sin la especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria, que sí es requerida a la hora de optar por oposición a una plaza del servicio público. O sea, que los sustitutos no
desempeñan las plazas de Medicina de Familia… ¡menuda vuelta de tuerca! Le preguntaría yo al Gerente del SES y a la Consejera si el mismo criterio aplicarían para cubrir de forma temporal una plaza de ginecología, por poner un ejemplo de una especialidad para la cual también hay carestía en nuestra región. Me imagino que no, claro. Para Medicina de Familia sí, para las otras no. Diferente (Fernández) Vara de medir…
Mientras tanto, colegios y sindicatos miran para otro lado: el Sindicato Médico Extremeño, al igual que los colegios de médicos, desconocía esta situación. Difícil no percatarse de algo que es casi de dominio público. Menos mal que, al mismo tiempo, consideran que es una situación «irregular» contratar a un médico para el ejercicio público sin la corriente especialidad, sea una sustitución o no…
No vale la pena complicarse la vida en estudiar el MIR, por muy fácil y barato que ahora resulte. Ni hacer la residencia. ¿Qué valor tiene la formación? ¿Qué hago en una unidad docente? ¿Para qué sirve todo esto? A veces la dan a uno ganas de tirarlo todo al cubo de la basura, que es donde otros te colocan sin saberlo tu mismo.
Imagen y noticia extraída de La falta de médicos para sustituciones obliga a buscar a recién titulados ( El Periódico Extremadura – 18/09/2009 )
Publicado: 15 septiembre 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: Investigación, medicina de familia |
Dos acontecimientos aparentemente nimios me han hecho reflexionar sobre lo que es y lo que podría ser la investigación en Atención Primaria en nuestro país.
Por un lado: hace poco estuve en una reunión de trabajo para desarrollar una de las líneas estratégicas del Servicio Extremeño de Salud concerniente a la I+D+i. Salió la archinombrada cuestión de la falta de «cultura» investigadora, y la no menos manida expresión de la «necesidad de fomentar la investigación en AP».
Coincidentemente con esto, he tenido la oportunidad de trasladar en
público y en privado a mi apreciado amigo Jose María Vergeles, director general de gestión del conocimiento de la comunidad donde trabajo, y uno de mis
jefes, algunas visiones personales sobre el tema.
¿Cómo podemos investigar desde AP? Por un lado, podríamos pensar que es deseable que participemos en los grandes ensayos clínicos de los fármacos que poco a poco se incorporan al «arsenal terapéutico» (¡qué poquito me gusta esta expresión bélica!), ya que es en condiciones reales de uso donde deben experimentarse, y no sólo en clínicas especializadas o en grandes hospitales. Y, sobre todo, si estos ensayos clínicos son promovidos de forma independiente, y no por intereses de la industria farmacéutica. Otra forma es crear grupos de investigación, y concursar a ayudas del FIS, y publicar, ir a congresos, etc.
Para todo esto, es necesario dar pasos desde la administración, como me recuerda Jose María, que
calen poco a poco y
sin hacer mucho ruido terminen dando sus frutos a medio-largo plazo: modificar leyes, agilizar trámites burocráticos, crear infraestructuras de fomento y de control ético, no dejar de dar formación, procurar incentivación con tiempo y puntos para la carrera o procesos selectivos, etc. Imprescindible, sin duda.
Pero yo me pregunto si es eso a todo lo que podemos aspirar cuando hablamos de investigación en AP. Hay muchos compañeros que no se sienten atraidos por este tipo de investigación «de alto nivel», por el motivo que sea. Hasta cierto punto es lógico. Sin embargo, de lo que no podemos abstraernos es de la investigación entendida como la búsqueda de respuestas ante los retos y problemas del día a día: ver el efecto que puede tener
gestionar la demanda de una consulta, indagar lo que esconde una
expectativa no expresada, analizar
porqué hiperfrecuenta Juana o cómo un tutor puede hacer que un
residente desmotivado pueda tomar las riendas de su propia formación. Para esto no hay excusa: investigar también es ésto.
Y ésto, ni las leyes, ni los protocolos, ni los cursos, ni las fundaciones, ni tan siquiera las medidas para incentivar conseguirán ni propiciarlo ni cambiarlo.
Una estupenda cita que ilustra bastante bien lo que quiero decir es la siguiente:
La investigación es el proceso de entrar en los callejones para ver si tienen salida. Ley de Bates sobre la investigación. Arthur Bloch.
La ley de Murphy para médicos. Madrid Temas de hoy, 2000.
Cuando leí esto me acordé de Córdoba y sus callejones de la judería. Estando por Córdoba puedes pasear por el maravilloso
Bulevar del Gran Capitán, pero también puedes perderte por la judería y encontrar
fantásticos rincones (como la calleja del pañuelo) a los cuales no llegarías si no te entrara la curiosidad de ver a dónde te lleva…
Ahora, como investigador, me quedo con John Coltrane:
Publicado: 26 junio 2009 | Autor: Enrique Gavilán | Archivado en: medicina de familia, Soluciones para la crisis |
Nos
rebanamos los sesos (o más bien debería decir «
devanamos los sesos«) en nuestro país hablado de que la medicina de familia ha dejado de ser atractiva (alguna vez lo fue?, a lo mejor no atractiva, pero sí apasionante) para los estudiantes de medicina. Analizamos las causas, por todos sabidas, y aventuramos soluciones, las mismas de siempre pero que si tan fácil fuese aplicarlas la cosa me imagino que se podría resolver en nada (algo me dice que es un fenómeno complejo y multifactorial, con lo cual de difícil solución si no todas las partes implicadas comparten la misma visión sobre por dónde caminar para cambiar la tendencia).
En Estados Unidos también está ocurriendo desde hace años un fenómeno similar. Sin embargo, las diferencias entre los sistemas sanitarios, entre el perfil profesional del médico de familia y la estructura organizativa de la atención primaria son tan grandes, que se hace complicado extrapolar el debate a nuestro ámbito. Lo cual no impide que conozcamos que pasa con el gigante americano, aunque sólo sea por que muchos de los grandes clínicos, teóricos e investigadores de la medicina de familia y de la atención primaria provienen de allí.
El debate se ha instaurado en el último número del NEJM (léase «Niu Inglan»):
In 2009, for the 12th straight year, the number of graduating U.S. medical students choosing
primary care residencies reached dismally low levels.
(…)
Three major factors contribute to this crisis. First, primary care physicians earn far lower incomes than procedural specialists, reducing career attractiveness for medical students with high debt burdens. Second, the work-related stresses felt by primary care physicians tags primary care as the career with more work at less pay. Third, medical education favors training in non–primary care fields.
Ante estos aspectos, identifican posibles soluciones (ver tabla abajo): en resumen: dinero, dinero, dinero.
¿Ocurre lo mismo en nuestro país? ¿Valdrían estas propuestas? ¿Quién tiene la responsabilidad de ponerse «manos a la obra»?
Más allá ¿Qué está pasando? ¿Es esto una pandemia? ¿Qué Novartis innova una vacuna, por favor!?
Rescuing primary care requires national policies that address all three issues:

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