Existe vida emocionalmente inteligente en el hospital


Sí. Cierto. La afirmación que da título a esta entrada es fruto de mis prejuicios. Reconozco que desde hace años pienso aferradamente que el hospital es un lugar frío e inhumano donde trabajan unos profesionales que sólo miran para sí mismos y donde la empatía y el sentido común son sólo palabras huecas en las que nadie cree a la hora de la verdad.

Pero la lectura de este artículo (gracias, Pilar) – Agud JL. Brújula para médicos noveles. Rev Clin Esp.2010;210(5):237–242- me ha devuelto la esperanza. ¡Puede haber vida emocionalmente inteligente en el hospital!

Que un médico de hospital considere que el nicho de trabajo del médico es la cabecera del paciente y no el despacho o la consulta, que el sentido común y la clínica (sintomatología y exploración física) es la guía fundamental de nuestro trabajo (y no la tecnología o las pruebas complementarias), que el contacto con la persona-paciente y su familia es deseable y no algo a evitar, que la práctica profesional va ligada a la aceptación de que somos humanos y por ello erramos y que aprovechar esta oportunidad es una virtud y no una desgracia, y que el aprendizaje crítico es la mejor forma de hacerse y ser médico, es algo que a estas alturas, a fuerza de ver y comprobar lo contrario en el trascurrir de los días, creía ya un fenómeno extinto.

Ojalá cundiera el ejemplo para las próximas generaciones de médicos de hospital (a los que el autor dirige el texto). Otro gallo cantaría.

[Foto: Amanecer en San Carlos, por fainmen]


9 comentarios on “Existe vida emocionalmente inteligente en el hospital”

  1. M.Nieves dice:

    Realmente son prejuicios lo que tienes, y como «pre», necesitas tener el conocimiento cierto y desde su origen, de lo que es y se siente en un hospital. Para todos aquellos que luchamos porque el hospital sea un lugar HUMANO, que nos importa el enfermo e intentamos estar a pie de cama compartiendo su sufrimiento e intentando mitigarlo, podrían ofendernos tus prejuicios. Por supuesto que no nos ofende porque sé, que son sentimientos que pueden venir del completo desconocimiento. En los hospitales hay personas trabajando, algunas como tú describes, pero por fortuna, la mayoría de los profesionales que allí habitan, son eso, realmente profesionales a los que les importa el enfermo, duermen poco o nada durante días, y se van con los problemas a casa para intentar mejorar el estado de salud, incluído el ánimo, de los llamados ahora «clientes».
    En fin, que no hacía falta leer el artículo de nadie con factor de impacto lo que sea para saber la realidad, esa hay que verla en su sitio, en el hospital, pasando horas con esas personas profesionales, entregadas, trabajadoras y luchadoras, a las que tú y tus prejuicios, «juzgan2 (valga la redundancia) con el desprecio y atrevimiento del conocimiento.
    Un beso, que sabes es con cariño.

    • Enrique Gavilán dice:

      Ay, querida Nieves, veo que no pillas la ironía…
      He pasado muchas horas en el hospital, antes, durante y después de mi residencia, como para saber lo que en ellos se cuece.
      Hay profesionales, como tú, que se dejan la piel en lo que hacen y que lo hacen de una forma muy digna y con total respeto a la persona que tienen delante, pero convendrás conmigo en que no es la norma. Basta con adoptar la óptica de la otra parte, del paciente (me resisto, como tú, a llamarlo «cliente», es tan frío…) para darse cuenta de que ni los servicios que prestamos ni los cuidados que se dispensan ni las instituciones en las que trabajamos ni las personas que ejercen su profesión están orientadas de verdad al paciente, sino al profesional, con todo lo que ello conlleva.
      Tampoco soy tan maniqueo como para pretender hacer ver que en AP todo es humanismo y sentido común, para nada. De hecho pienso que tenemos aún mucha tela que cortar en este sentido.
      Lee el artículo completo y me dices luego cuántos de los compañeros con los que trabajas día a día crees que actúan, se comportan y piensan como el autor. Que conste que no comparto con él el 100% de lo que dice, pero hace mucho tiempo que no leía algo similar de gente que trabaja en un hospital. Tal vez es un sesgo (hace tiempo que no voy a uno de ellos en calidad de trabajador y ya no me rodeo de «especialistas» de estos establecimientos), y por eso también me alegro de ver que hay vida emocionalmente inteligente dentro de ellos.
      Aunque no lo creas, mientras lo escribía me acordaba de tí y pensé que lo mismo te atrevías a contestar. Veo que no me equivocaba (¿me lees el pensamiento o qué?).
      Anda, no te piques y lee el artículo. Y luego me cuentas.
      Un beso, con cariño también.

  2. […] This post was mentioned on Twitter by Rafael Bravo Toledo, Rut Roncal, Maria Jose, Frederic Llordachs, Eduardo Puerta and others. Eduardo Puerta said: El nido del Gavilán – Existe vida emocionalmente inteligente en el hospital http://bit.ly/cYbVgr […]

  3. Hola Enrique, favorecer la simbiosis, primaria-especializada, horizontalidad-verticalidad, cabecera del paciente-ingreso hospitalario es básico como sabemos.

    Lo que nos cuesta es dar el salto, tanto a unos como a otros.

    Hasta que no nos conozcamos las caras no habrá nada que hacer.

    Yo quiero animarme a salir de la consulta para conocer y que me conozcan. Nadie lo puede hacer por mi.

    Un fuerte abrazo

  4. Mike MC dice:

    Gracias por la referencia al artículo, personalmente creo que es genial. Cuando empecé Medicina en la facultad pensaba que iba a estudiar para ejercer una de las profesiones más humanas que existe… cuán decepción la mía al ser partícipe de las grandes «deficiencias emocionales» de no pocos de los médicos con los que me tocó rotar en mis prácticas -la práctica se desmarcaba demasiados kilómetros de la teoría-. Estoy contigo en que da gusto encontrarse un artículo así en la literatura médica, sube la moral, pues con demasiada frecuencia la actitud «deshumanizada» de un puñado -quizá mínimo- de profesionales descarriados empaña el impecable trabajo del resto de compañeros que no dudan en desvivirse por sus pacientes. Quizá lo realmente trágico es que los jóvenes médicos, por puro azar, acabemos topándonos con uno de estos cenutrios insensibles y cometamos el fatal error de copiar la actitud del maestro equivocado, al tiempo que se perpetúa de este modo la pescadilla que se muerde la cola. Mientras tanto, ¿ingenuo? de mi, se me cae mi alma de estudiante al suelo al ver lo que veo y oír lo que oigo de vez en cuando en los pasillos del hospital… y en los centros de salud, no nos engañemos.

    Aunque te leo a menudo creo que es mi primer comentario por aquí (cosas del MIR y su relación inversamente proporcional al tiempo libre y la vida social, supongo xD). Enhorabuena por el blog! 😉 Un saludo.

    • Enrique Gavilán dice:

      Mike,
      Probablemente el fenómeno de la deshumanización no es imputable sólo a las personas. También influyen la tecnificación y la tecnologización de la práctica médica, la influencia cada vez mayor de agentes externos (industrias varias, administración y política sanitaria, instituciones) en una relación que inequívocamente es entre personas (médico y paciente), la masificación y la presión desorbitada, la consideración de la salud y la sanidad como bienes de consumo, la existencia de centros sanitarios fríos y mastodónticos, etc.
      Además, el proceso de «pérdida del encanto» y de deshumanización es complejo, como analicé hace poco.
      Nadie es perfecto, como bien apuntas, pero al menos debemos reflexionar en voz alta sobre este tipo de cuestiones porque afectan a la calidad de nuestra asistencia y a nuestra propia capacidad de trabajo (y salud mental, no lo olvidemos).
      Un abrazo

  5. Juan Carlos Arbonies dice:

    Me apunto a trabajar conjuntamente, desde cualquier nivel asistencial y desde cualquier profesión , por mejorar la salud del paciente. Entendiendo la salud como un «todo» indivivisible biosicosocial. Si nos centramos verdaderamente en los pacinete y no en «nosotros» ,descubriremos sus verdaderas necesidades sus preocupaciones y lo que esperan de nosotros , para poder ayudarles en su salud y enfermedad.
    (Boni)

  6. Os invito a todos los profesionales a nuestro grupo comunicación y salud para aprender ,compartir ,colaborar en la relación profesional paciente

    • Enrique Gavilán dice:

      Juan Carlos,
      Sin duda, el grupo CyS es, ha sido y seguirá siendo un referente a nivel nacional en todo lo relacionado con la comunicación asistencial, el trabajo en equipo y la humanización de la práctica profesional en salud. «Abiertos a todo lo inteligente» es su lema y lo dice todo.
      Gracias por mencionarlo.
      Un abrazo


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